jueves, 13 de enero de 2011

Los símbolos del Espíritu Santo

Es imposible para nosotros llegar a comprender plenamente las realidades eternas, sobre todo si estas tratan de la divinidad. La Palabra de Dios presenta muchas verdades en símbolos para que nuestra comprensión sea más adecuada, el Espíritu Santo es representado en la Biblia por símbolos que nos aseguran una comprensión más plenas de su naturaleza y obra.
En esta entrada trataremos algunos de los principales.


El viento: "El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu."  (Juan 3:8)
El viento, el aire es uno de los símbolos usados por Jesús al referirse al Espíritu Santo, esto no debió extrañar a Nicodemo, su interlocutor ya que la palabra hebrea rúach y la griega pneúma  que se utilizan para nombrar al Espíritu en la Biblia, también se traducen como viento, aire, aliento y es el contexto el que determina su uso. ¿Qué podemos llegar a comprender del Espíritu Santo a través de la figura del viento?
  • El viento es invisible en su obra pero sus efectos se sienten - Juan 3:6 al 8. Así también, no somos testigos oculares de la obra del Espíritu pero si vemos las consecuencias de su obrar en nuestra vidas.
  • El viento no puede ser controlado por el hombre. El espíritu Santo es soberano en su forma de obrar.
  • El poder del viento es colosal, el poder del Espíritu Santo es tan grande que puede transformar la vida mas dura.
  • El viento limpia - Job 37:21 - El Espíritu Santo quita toda la escoria de la persona ungida, limpiando su vida para que se asemeje a Cristo.
Ríos, El Agua: "El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. (Esto dijo del Espíritu Santo que habían de recibir los que creyesen en Él; porque el Espíritu Santo aún no había sido dado; porque Jesús no había sido aún glorificado." (Juan 7:38-39)
  • Ríos de Agua Viva: - Juan 4:10 - Así como hay ríos que garantizan una fuente de agua ilimitada, el Espíritu Santo en la vida del creyente nunca escaseará. A menos que decidamos no acudir a él. En la Biblia el término ríos está en plural como en nuestro idioma esto nos muestra cuan abundante puede ser.
  • El agua es fuente de vida: No existe vida en el cristiano sin la presencia del Espíritu Santo.
  • El agua regenera, limpia: Así como lo denotaba en el viento la obra del Espíritu no es dejarnos como estamos, es transformar nuestra vida de acuerdo a su voluntad , sacando todo aquello que estorbe en nuestra relación con Dios.
  • El agua refresca. La vida del cristiano sin el Espíritu no tarda en caer en la monotonía de una rutina donde nada nuevo se descubre y la experiencia espiritual es chata. Así como el agua refresca al ser humano, el Espíritu rfresa nuestra experiencia cristiana diariamente.
El Fuego: "Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; mas el que viene tras mí, es más poderoso que yo; cuyo calzado no soy digno de llevar; Él os bautizará con el Espíritu Santo, y con fuego." (Mat 3:11) Al referirse a lo que realizaría Jesús, Juan el bautista hace una alusión directa a la experiencia del pentecostés, donde "lenguas de fuego" descendieron sobre los presentes al ser bautizados por el Espíritu Santo. También podemos aprender lecciones de este símbolo.
  • El fuego purifica: aún mas que el agua. llega al interior y limpia lo que encuentra, así como la roca es colocada a grandes temperaturas para que al destruirse muestre el oro que hay en su interior, así el fuego del Espíritu debe destruir toda la escoria que no permite que nuestra vida se asemeja a Cristo en su pureza.
  • El fuego da energía: Es el poder del Espíritu Santo el que nos debe mover a la acción para cumplir la comisión dejada por Cristo -Mat 28: 19-20.
  • El fuego se esparce: La obra del Espíritu Santo no se contiene en una sola persona debe esparcirse en todo los hijos de Dios.
El Aceite: "Y Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió de entre sus hermanos; y desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David. Se levantó luego Samuel, y se volvió a Ramá." (1Sa 16:13). El aceite de Oliva era indispensable en la vida en la antigua palestina, era alimento, medicina, iluminaba y ungía.
  • El aceite como alimento: No podemos desarrollarnos sin que diariamente nos alimentemos en forma sana y equilibrada. En esta época donde tanta "comida chatarra" para el alma se otorga en los medios masivos de comunicación el verdadero alimento diario para nuestro espíritu es el que otorga el Espíritu Santo.
  • El aceite como medicina. El Espíritu Santo es bálsamo que suaviza el corazón herido y que limpia la vida del receptor.
  • El aceite ilumina. Así como las lámparas de aceite iluminaban el tabernáculo, nuestras vidas son iluminadas por el Espíritu mostrándonos la verdad. Es el Espíritu que nos lleva a comprender el mensaje bíblico para nosotros hoy y a través de las Sagradas Escrituras nos guía en el camino que Dios ha trazado - Salmo 119:105.
  • El aceite unge: en la antigüedad la persona llamada para una tarea esa ungida con aceite, esto lo distinguía, le daba autoridad y lo declaraba capaz para la obra a realiza. El Espíritu Santo es el que identifica  a los verdaderos hijos de Dios, es el que inviste de autoridad al ser humano para dar un mensaje claro en nuestros tiempos, es el que capacita para la obra a la cual el Señor nos llama.
Esta entrada no pretende agotar la riqueza de los símbolos tratados ni tratar todos los símbolos bíblicos para el Espíritu Santo, pero quiera Dios que sea motivo para que el lector profundice el tema encontrando la obra que el Espíritu quiere hacer en su vida y en la vida de los que lo rodean.


martes, 11 de enero de 2011

Las implicaciones del Espíritu Santo en la Iglesia

John Zizioulas es un teólogo actual  perteneciente a la Iglesia Ortodoxa al estudiar su pneumatología encontramos que presenta las siguientes implicancias que se dan en una iglesia que no desarrolla su pneumatología. Me gustaría concer tus comentarios sobre los puntos que aquí presentamos.


  • Cuando hay un déficit pneumatológico se genera una jerarquía centralizada.
  • La primera entidad institucional debe ser la iglesia local.
  • Cuando el Espíritu constituye la iglesia local, el miembro tiene el desarrollo adecuado.
  • La pneumatología aporta a la iglesia escatología.
  • La pneumatología afecta el ministerio.
  • Zizioulas indica que una pneumatología adecuada evita el clericalismo y la institucionalización
Aclaración de términos:
Pneumatología - estudio del Espíritu Santo, implica no solo el conocimiento teórico sino también la experiencia relacional con el Espíritu.
Escatología - creencias relacionadas con los tiempos del fín.
Clericalismo - Creencia donde los líderes religioso se encuentran por encima de los profesantes en importancia y autoridad.
Institucionalización - proceso por el cual un movimiento pierde de vista la importancia de su misión y se centra en sí misma.

¿Cuál es el resultado del bautismo del Espíritu Santo?

Esta entrada esta basada en el capítulo 12 de libro La Venida del Consolador de Leroy E. Froom y esta escrita como reacción a la lectura de ese capítulo. Recomiendo la lectura de este libro.


El carismatismo en que el mundo religioso se haya embuído no puede hacer pensar que los resultados de el bautismo del Espíritu son actividades sobrenaturales, milagros portentosos y aunque no dejamos de creer que estas cosas sucedan, como sucedieron en el pasado, no son más que habilitaciones otorgadas por el Espíritu Santo si el cree que son necesarias. No deben transformarse en una marca que identifique a aquel que ha recibido la unción del Espíritu.
¿Cuáles son las consecuencias de la unción del Espíritu Santo en nuestra vida?
1. La presencia de Cristo: Recordemos lo que Jesús mismo expresó "y yo rogaré al Padre, y Él os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre; el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis; porque mora con vosotros, y estará en vosotros. No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros." (Juan 14:16-18)
El espíritu Santo produce en la vida del Cristiano una conciencia plena de la presencia de Cristo en su vida.
2. Semejanza a Cristo: Es el Espíritu Santo el que obra en nosotros convenciéndonos de nuestra falencias y llevándonos a los pies del único capaz de transformar nuestra vida. Es el poder del Espíritu el que lima nuestras asperezas y nos hace llegar a ser hijos de Dios. "Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando Él apareciere, seremos semejantes a Él, porque le veremos como Él es." (1Jn 3:2) Esta maravillosa obra de la que habla el apóstol Juan no es solamente un hecho que se dará en el fin del tiempo, ante la venida de Jesús, para que esto llegue a ser la transformación debe comenzar hoy y sólo al ser llenados del Espíritu Santo cada día la viviremos.
3. El poder de Cristo. Ese mismo poder que se evidenció en los apóstoles, cambiándolos de un grupo de tímidos y miedosos hombres a paladines de la predicación. Quitando el miedo de sus corazones lo lleno de tal amor por las almas que llegaron a ir a los confines de la tierra y entregaron sus vidas por llevar a otros el mensaje de la salvación.
Esta obra no es una obra puntual está lejos de ser la experiencia estática que hoy se le atribuye a la unción del Espíritu Santo y que se demuestra hablando en lenguas, sanando o profetizando sin realizar un verdadero cambio de vida en el receptor. Es una experiencia dinámica un proceso en el cual cada día debemos ser llenos del Espíritu para ser testigos de como se realiza el mayor milagro de todos, la transformación de nuestras vidas


lunes, 10 de enero de 2011

¿Es el Espíritu Santo la persona de Cristo?

Algunas personas mantienen la creencia que el Espíritu Santo es la persona de Cristo en lo que se refiere a su omnipresencia. Los versículos presentados en la entrada anterior y que se refieren al Espíritu Santo como persona son suficientemente claros como para ver que esta postura no es bíblica. Para definir más esto acudiremos al versículo que se encuentra en San Juan 14:16 y que muestra claramente como considera  Jesús al Espíritu Santo: "y yo rogaré al Padre, y Él os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre" Jesús mismo se refiere al Espíritu Santo como a otro, este adjetivo, otro, en griego αλλον, no se utiliza en las Sagradas Escrituras para referirse a algo perteneciente a uno mismo, se lo usa siempre en relación a una persona o cosa diferente  a la de la referencia inmediatamente anterior. Por lo tanto concluimos que de ninguna manera Jesucristo se estaba refiriendo a Él mismo.

¿Es el Espíritu Santo una persona, o es una fuerza que emana de Dios?

Algunas personas creen que el Espíritu Santo no es una persona sino una fuerza proveniente de Dios que opera en el ser humano, un instrumento, no es alguien si no algo. La Biblia no define en forma explícita al Espíritu Santo o Espíritu de Dios como persona pero si presenta características de su obra que se dan solamente en relación con una persona:
Enseña: “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, Él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.”  (Juan 14:26);  “ lo cual también hablamos, no con palabras que enseña la humana sabiduría, sino con las que enseña el Espíritu Santo, acomodando lo espiritual a lo espiritual.”  (1Co 2:13)

Redarguye: “Y cuando Él venga, redargüirá al mundo de pecado, y de justicia, y de juicio.”  (Juan 16:8)

Habla, oye, se comunica: “Pero cuando el Espíritu de verdad venga, Él os guiará a toda verdad; porque no hablará de sí mismo, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber las cosas que han de venir.”  (Juan 16:13); “Varones hermanos, era necesario que se cumpliese la Escritura la cual el Espíritu Santo habló antes por boca de David acerca de Judas, que fue guía de los que prendieron a Jesús.”  (Hch 1:16); “Y cuando él vino a nosotros, tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalén al varón de quien es este cinto, y le entregarán en manos de los gentiles.” (Hch 21:11);   “Y como no estuvieron de acuerdo entre sí, partiendo ellos, les dijo Pablo esta palabra: Bien habló el Espíritu Santo por el profeta Isaías a nuestros padres,”  (Hch 28:25); “Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz,”  (Heb 3:7); “Dando en esto a entender el Espíritu Santo, que aún no estaba descubierto el camino al lugar santísimo, entre tanto que el primer tabernáculo estuviese en pie.”  (Heb 9:8)

Consuela: “Pero yo os digo la verdad: Os es necesario que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os le enviaré.”  (Juan 16:7)

Guía: “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios.”  (Rom 8:14); “porque la profecía no vino en tiempo pasado por la voluntad del hombre; sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo guiados por el Espíritu Santo.”  (2Pe 1:21); “Pero cuando el Espíritu de verdad venga, Él os guiará a toda verdad; porque no hablará de sí mismo, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber las cosas que han de venir.” (Juan 16:13)

Crea: “El Espíritu de Dios me hizo, y la inspiración del Omnipotente me dio vida.”  (Job 33:4)

Otorga dones: “Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.”  (Hch 2:4)

Se le miente: “Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué ha llenado Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y te quedases con parte del precio de la heredad?”  (Hch 5:3)

Atestigua, da testimonio: “Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen.”  (Hch 5:32); “salvo que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio, diciendo que prisiones y tribulaciones me esperan.  (Hch 20:23); “Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del  Padre, el Espíritu de verdad que procede del Padre, Él dará testimonio de mí.”  (Juan 15:26) ; “Y el Espíritu Santo también nos da testimonio; porque después que había dicho:”  (Heb 10:15)

Elige, decide: “Pues ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias.”  (Hch 15:28)

Prohíbe: “Y pasando a Frigia y a la provincia de Galacia, les fue prohibido por el Espíritu Santo predicar la palabra en Asia.”  (Hch 16:6)

Otorga autoridad: “Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia de Dios, la cual Él compró con su propia sangre.”  (Hch 20:28)

Intercede: “Y de la misma manera, también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos; pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.”  (Rom 8:26)

Conoce: “Pero Dios nos las reveló a nosotros por su Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoce las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.”  (1Co 2:11 y 12)

Se entristece: “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual estáis sellados para el día de la redención.”  (Efe 4:30)

Ninguna de estas características puede darse refiriéndose a una fuerza o poder, en estos versículos se destaca el proceder del Espíritu Santo como persona. Es por esto que creemos que el Espíritu Santo es presentado en la Biblia como una persona, con una personalidad definida y funciones propias.

Al referirse a Dios en su cualidad de tres personas diferentes, que vocablo se corresponde más con este ¿Trinidad o Triunidad?

Para comenzar debemos aclarar que el término Trinidad o Triunidad no se encuentra en la Biblia, es un término acuñado posteriormente para declarar el concepto de Dios en tres personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo. A pesar de no encontrarlo en la Biblia si encontramos varias referencias al Dios triuno, colocando a cada persona en pie de igualdad pero con diferentes funciones en el plan de salvación. Ej Gn. 1:1, 26; 3:22; 11:7; Mt.; 3:16-17; 28:19; 1 Co. 12:3-6; 2 Co. 13:14; Jn. 14:16; 1 P.1:2, Jud.20-21.
El término trinidad fue utilizado alrededor del año 200 d.C y se duda si fue Tertuliano o Teófilo de Antioquía quien lo acuño.
El diccionario de la Real Academia Española define el término de la siguiente forma: “Trinidad. (Del lat. trinĭtas, -ātis). 1. f. Rel. Distinción de tres personas divinas en una sola y única esencia, misterio inefable de la religión cristiana.”
               Mas cercano a nuestros tiempos se comenzó a utilizar el término Triunidad como sinónimo estricto de Trinidad, y este se utiliza más como una posición personal de los autores que por una cuestión semántica. Es más el Diccionario de la Real Academia Española no tiene todavía una entrada con el término Triunidad, y otros diccionarios lo presentan sólo como sinónimo de Trinidad.
               Mi posición personal en cuanto al uso de estos términos es que, dado lo dinámico de nuestro idioma, Trinidad denota más el aspecto de Tres, mientras que Triunidad denota el aspecto de Tres en Uno. Por lo tanto pueden ser utilizados por los autores de acuerdo a la cualidad que quieran resaltar de Dios No obstante, esta posición no pretende ser normativa.