lunes, 10 de enero de 2011

¿Es el Espíritu Santo una persona, o es una fuerza que emana de Dios?

Algunas personas creen que el Espíritu Santo no es una persona sino una fuerza proveniente de Dios que opera en el ser humano, un instrumento, no es alguien si no algo. La Biblia no define en forma explícita al Espíritu Santo o Espíritu de Dios como persona pero si presenta características de su obra que se dan solamente en relación con una persona:
Enseña: “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, Él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.”  (Juan 14:26);  “ lo cual también hablamos, no con palabras que enseña la humana sabiduría, sino con las que enseña el Espíritu Santo, acomodando lo espiritual a lo espiritual.”  (1Co 2:13)

Redarguye: “Y cuando Él venga, redargüirá al mundo de pecado, y de justicia, y de juicio.”  (Juan 16:8)

Habla, oye, se comunica: “Pero cuando el Espíritu de verdad venga, Él os guiará a toda verdad; porque no hablará de sí mismo, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber las cosas que han de venir.”  (Juan 16:13); “Varones hermanos, era necesario que se cumpliese la Escritura la cual el Espíritu Santo habló antes por boca de David acerca de Judas, que fue guía de los que prendieron a Jesús.”  (Hch 1:16); “Y cuando él vino a nosotros, tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalén al varón de quien es este cinto, y le entregarán en manos de los gentiles.” (Hch 21:11);   “Y como no estuvieron de acuerdo entre sí, partiendo ellos, les dijo Pablo esta palabra: Bien habló el Espíritu Santo por el profeta Isaías a nuestros padres,”  (Hch 28:25); “Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz,”  (Heb 3:7); “Dando en esto a entender el Espíritu Santo, que aún no estaba descubierto el camino al lugar santísimo, entre tanto que el primer tabernáculo estuviese en pie.”  (Heb 9:8)

Consuela: “Pero yo os digo la verdad: Os es necesario que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os le enviaré.”  (Juan 16:7)

Guía: “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios.”  (Rom 8:14); “porque la profecía no vino en tiempo pasado por la voluntad del hombre; sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo guiados por el Espíritu Santo.”  (2Pe 1:21); “Pero cuando el Espíritu de verdad venga, Él os guiará a toda verdad; porque no hablará de sí mismo, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber las cosas que han de venir.” (Juan 16:13)

Crea: “El Espíritu de Dios me hizo, y la inspiración del Omnipotente me dio vida.”  (Job 33:4)

Otorga dones: “Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.”  (Hch 2:4)

Se le miente: “Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué ha llenado Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y te quedases con parte del precio de la heredad?”  (Hch 5:3)

Atestigua, da testimonio: “Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen.”  (Hch 5:32); “salvo que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio, diciendo que prisiones y tribulaciones me esperan.  (Hch 20:23); “Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del  Padre, el Espíritu de verdad que procede del Padre, Él dará testimonio de mí.”  (Juan 15:26) ; “Y el Espíritu Santo también nos da testimonio; porque después que había dicho:”  (Heb 10:15)

Elige, decide: “Pues ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias.”  (Hch 15:28)

Prohíbe: “Y pasando a Frigia y a la provincia de Galacia, les fue prohibido por el Espíritu Santo predicar la palabra en Asia.”  (Hch 16:6)

Otorga autoridad: “Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia de Dios, la cual Él compró con su propia sangre.”  (Hch 20:28)

Intercede: “Y de la misma manera, también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos; pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.”  (Rom 8:26)

Conoce: “Pero Dios nos las reveló a nosotros por su Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoce las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.”  (1Co 2:11 y 12)

Se entristece: “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual estáis sellados para el día de la redención.”  (Efe 4:30)

Ninguna de estas características puede darse refiriéndose a una fuerza o poder, en estos versículos se destaca el proceder del Espíritu Santo como persona. Es por esto que creemos que el Espíritu Santo es presentado en la Biblia como una persona, con una personalidad definida y funciones propias.

2 comentarios:

  1. definitivamente el Espíritu Santo es una persona divina. Muy bueno el post. bendiciones
    Daniel

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  2. Regina Z. de Naldini16 de enero de 2011, 13:14

    Excelente la explicación sobre el Espiritu Santo como Persona. Gracias

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